Sin duda la entrada más complicada que he escrito.
No es fácil hablar cuando ha fallecido una persona que conocías. No la puedo llamar amiga, pero si conocida. Aparentemente era una chica agradable y simpática, seguro que mucho más de lo que parecía, pues amigas tenía, muchas y muy buenas. Desde mi lejana visión del asunto, siempre la he visto apoyada por los que la querían, que eran muchos.
Es triste pensar en la situación que estarán viviendo sus familiares, sus amigos, sus compañeros de clase, sus profesores... y las personas cercanas que más la conocían y querían. Es duro para un profesor pensar que ya no vas a volver a verla, que ya no hablarás más con ella, que en la clase quedará siempre su pupitre libre para el recuerdo... Sus amigos tendrán un gran recuerdo de ella, pues de las grandes personas siempre se tiene grandes recuerdos de los momentos vividos. Ya no me quiero imaginar lo que estará viviendo su familia, perder una hija o una hermana es lo peor que te puede pasar en la vida, es como si te quitaran media vida... Habrá sido un duro palo para todos ellos.
Hay veces pienso que la vida es muy injusta. Las personas buenas siempre son las que sufren las mayores desgracias. La muerte siempre se lleva a los mejores...
Como decía el escritor francés Jules Renard: La recompensa de los grandes hombres es que, mucho tiempo después de su muerte no se tiene la entera seguridad de que hayan muerto.
Seguro que eso nos pasará con ella. Siempre estará con nosotros.
DEP Marta.
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